La revolución
José Eloy recibió su instrucción primaria en su lugar natal y al concluir esos estudios, se dedicó a ayudar a su padre en los negocios. Durante su juventud se identificó con el liberalismo anticlerical, doctrina que se conoció posteriormente como el liberalismo radical ecuatoriano. Al enterarse el joven Eloy Alfaro de que Gabriel García Moreno había pedido el protectorado a Francia, se unió a las filas liberales. A los 22 años de edad empuñó las armas contra García Moreno, pero tuvo que salir del Ecuador porque la conspiración urdida por el general Tomás Maldonado había sido sofocada. Corría 1864. Al año siguiente regresó para combatir junto al general José María Urbina en Jambelí.
Derrotado y perseguido, Alfaro se exilia en Panamá, departamento de Colombia todavía, en donde con su trabajo se labró una fortuna y contrajo matrimonio con Ana Paredes y Arosemena, panameña de 16 años de edad, a la que amó fielmente a lo largo de la vida, y con quien tuvo nueve hijos. Se dice que sin la fortaleza de su esposa que sobrellevó con entereza las separaciones y sobresaltos ocasionados por la interminable lucha militar y política del esposo, Alfaro no habría podido lograr sus metas. En Panamá conoció a Juan Montalvo, a quien protegió y financió la edición de algunos de los inmortales ensayos. Muerto García Moreno en 1875, Alfaro regresó a Ecuador, luchó por la abolición de la octava carta política conocida como "Carta Negra" y por la convocatoria de una Convención.
Se unió a Veintemilla y se distinguió en Galte, la batalla que consolidó la jefatura suprema de ese general. Pronto se decepcionó de él, volvió a Panamá, regreso a Guayaquil en abril de 1878 para combatirlo. En noviembre de ese año fue apresado y cargado de grillos hasta marzo de 1879. Gracias a la valiente defensa de Montalvo fue puesto en libertad y expulsado a Panamá. Como su fortuna material había venido a menos, pues con ella financiaba su activismo libertario y porque Panamá había entrado en crisis económica, Alfaro cayó en la pobreza. Trabajó como periodista, pero volvió a la carga en 1882 al proclamarse Veintemilla nuevamente dictador. Cuando Alfaro contó a su madre que se aproximaba la guerra civil, recibió de ella esta bendición: 'Bien está. Vaya usted a cumplir sus deberes con la patria'.
Se embarcó para Esmeraldas y asumió la dirección del movimiento armado, pero fue vencido y tras un escape prodigioso y lleno de sufrimientos a través de los Andes y la selva llegó a Panamá. Allí le nació una hija a la que puso el nombre de Esmeralda. Y volvió otra vez a combatir en la campaña de la Restauración, lo que le valió ser nombrado jefe supremo de Manabí y Esmeraldas. Los opositores le echaron en cara el decreto del 2 de julio de 1883, en el que ordenaba que los "sindicados sean juzgados sumaria y verbalmente sin apelación" y que "los bienes de todos estos criminales se les confisquen mientras dure la guerra y para emplearlos en sostener la guerra".
Sus tropas fueron las primeras en cercar a Guayaquil. Combatió en la batalla del 9 de julio de 1883 y entró triunfante en la ciudad amada. Convocada la Convención de 1884, renunció a la jefatura suprema de Manabí, recibió la confirmación de su grado de general y se desterró del Ecuador. Poco después, volvió para combatir a Caamaño y liderar a los montoneros. Su nombre se iba tornando legendario. Pero asimismo se le acusó de haber hecho la guerra a Caamaño "apenas éste fue elegido y sin el más leve pretexto para una sublevación". En diciembre de 1884 perdió el combate naval de Jaramijó en el vapor "Pichincha", antes "Alajuela" (como la ciudad donde fue exiliado en Costa Rica y donde iniciado en la Masonería regular), contra la flotilla del presidente Caamaño, comandada por el general Reinaldo Flores. Para no rendirse, encalló la nave y la incendió. Escapó a Panamá atravesando Colombia en una odisea plagada de dificultades de la que salió nimbado con la aureola de héroe mítico siempre derrotado pero jamás definitivamente vencido. "General de las Derrotas" lo llamaban entre despectivos y asombrados sus grandes enemigos conservadores. Luchó contra los presidentes García Moreno, Borrero, Veintemilla y Caamaño, por lo que la tradición lo conoce como el "Viejo Luchador" o "el General de las Derrotas". Eloy Alfaro pasó por muchas y serias dificultades en las diversas campañas que emprendió, tendientes a combatir la tiranía, en estos combates gastó su fortuna adquirida en Panamá con la ayuda de su esposa de esa nacionalidad, Ana Paredes Arosemena. De ese matrimonio nacieron nueve hijos: Bolívar, Esmeraldas, Colombia, Colón, Bolívar (2), Ana María, América, Olmedo y Colón Eloy. Rafael nació fuera del matrimonio.
Desde muy joven participó en gestas rebeldes como en el Colorado; casi pierde la vida en el combate naval del Alajuela, cuando intentó desembarcar en Ecuador con una tropa revolucionaria y fue derrotado por el Gobierno conservador. Al hundirse su barco, se salvó aferrado a un barril. Participó en los combates de Montecristi, Galta, San Mateo, Esmeraldas, Guayaquil, Jaramijó, Cuenca y Chasqui.
Durante sus exilios, recorrió Centroamérica, siendo el Congreso de Nicaragua el que le otorgó el grado de General de División en ese país. Según declaró el Gobierno del presidente Rafael Correa en 2012, Alfaro nunca llegó a ser general en el Ejército ecuatoriano, por lo que Correa lo ascendió post mortem al grado de General de Ejército, máxima jerarquía del Ejército ecuatoriano en la actualidad, pero que no existía en su época, en una ceremonia especial el 5 de junio de 2012.
Historiadores militares como el ex alcalde de Quito y héroe de la Batalla del Cenepa, general (r) Paco Moncayo, aclararon que Eloy Alfaro fue legalmente General de División del Ejército del Ecuador desde el 24 de agosto de 1895.3 y que no fue "General de Ejército" por no existir ese rango en su época. Alfaro fue ascendido por el Consejo de Ministros cuando ya ostentaba la jefatura suprema de la República, según reza el decreto respectivo, que menciona sus triunfos en los combates de la guerra civil de ese año, como Gatazo.
Moncayó precisó que según documentos del Ministerio de Guerra y Marina del Ecuador de 1900, que publicó en ese año el Escalafón Militar de los generales ecuatorianos, con sus respectivas antigüedades, Eloy Alfaro fue nombrado general de Brigada el 2 de febrero de 1883, durante la guerra civil que derrocó al general Ignacio de Veintimilla, quien ejercía de "jefe supremo y capitán general de los Ejércitos de la República", es decir, de dictador.4
Apoyó también a varios liberales, como el escritor Juan Montalvo, a quien le ofreció ayuda económica. Una vez en el poder, glorificó la memoria de Montalvo como maestro del pueblo ecuatoriano.
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